Aunque no te guste, la vas a tener que poner

Aviso Legal, cookies, privacidad y otras pesadillas necesarias.

Aunque no te guste, la vas a tener que poner

Cuando empecé a montar webs en los noventa, la única "política" que te pedían era que no pusieras música MIDI de fondo.

Hoy, en cambio, abrís una simple tienda de calcetines online… y necesitás más disclaimers que una farmacéutica.

Aviso Legal, Política de Privacidad, Cookies, Condiciones de Uso…

Sí, suenan a relleno. Pero, lamentablemente, tenés que tenerlo.

A veces me dicen: — “Seba, pero nadie se lee eso…”

Y tienen razón.

Pero es que el problema no es hoy. El problema es cuando te empiece a ir bien.

No te lo digo para meterte miedo. Te lo digo porque lo viví en carne propia.

Negocios que pasaron de facturar 1.000 €/mes a 50.000 €/mes en un año… y de golpe, ZAS:

— "Estimado propietario, hemos detectado irregularidades en su aviso legal."

Y claro, ahí corrés.

Así que lo mejor es que los tengas desde el inicio.

No es difícil, y no hace falta contratar una asesoría ni a un abogado.

Hay muchas herramientas online que te lo ponen fácil:

Gratuitas:

  • Termly: Muy completo y fácil de implementar, tiene versión freemium.
  • PrivacyPolicies.com: Muy pro, pero en inglés. Permite generar varios tipos de textos legales.
  • CookieYes: para banners de cookies clásicos y más o menos legales.
  • Shopify: si usás esta plataforma, ya vienen con textos base personalizables.
  • ChatGPT + sentido común: sí, incluso este puede ayudarte… (es más pedíselo así: "Ayudame a preparar el Aviso Legal para mi web ¿Que datos necesitas?)

Yo, particularmente uso y recomiendo a mis clientes  Iubenda.

Sí, es de pago. Pero me despreocupo. Te actualizan los textos solos, podés incluir servicios como Google Analytics, Stripe, Meta Ads… y no te comés ningún marrón si cambia la ley.

Otra cosa: Si vendés online necesitas una página con las "Condiciones de Uso"

Es lo típico que parece innecesario hasta que te piden una devolución rara, o te reclaman por “producto no entregado”, y ahí sí que querés tenerlo bien atado.

Pone condiciones claras:

  • Devoluciones
  • Envíos
  • Métodos de pago
  • Qué hacés si algo se pierde
  • Y cómo resolver conflictos

Aunque no parezca, esto te da autoridad y genera confianza.

La cuestión es esta: Los textos legales son una imposición. A nadie le gustan. A mí menos. Pero te los tragás ahora o se te van a atragantar cuando las cosas te empiecen a ir bien.

Si querés que te recomiende cómo dejar esto en piloto automático y olvidarte, o ver si con lo que tenés ya estás cubierto, podés reservar una consultoría conmigo.

No siempre tengo huecos, pero si ves uno libre… aprovechalo.