Cómo vender cultura sin traicionar la esencia

Del archivo del Sacromonte a las manos de tu lector ideal: estrategias para proyectos culturales imposibles.

Cómo vender cultura sin traicionar la esencia

Hace unos años me involucré en un proyecto que, a priori, no tenía nada que ver con mi trabajo habitual.

Nada de copys, embudos, ni funnels, ni Ads.

Nada de captación ni conversión.

Colaboré en dos libros que tienen que ver con la teología y la historia de la Iglesia.

La traducción por primera vez del latín medieval los cánones del Concilio de Elvira.

El primero que se celebró en Hispania después de los apóstoles.

Un tema tan denso como apasionante.

Los libros en cuestión son: Identidad del Concilio de Elvira y Granada y el Concilio de Elvira en Fernando de Mendoza

La autora, Teresa Berdugo, tiene una mente tan afilada que podría diseccionar un manuscrito en latín del siglo IV sin despeinarse.

Empezamos siendo colaboradores. Ahora es una amiga más.

Como pasa con casi todos mis clientes.

Durante el proceso, más de una vez me preguntó:

—"Seba, ¿quién va a comprar este rollo? Esto no lo lee nadie…"

Y ahí está el dilema:

¿Se puede vender la cultura?

¿Se puede vender algo tan específico, tan académico, tan fuera del radar del “gran público”?

Spoiler: sí.

Pero no como se venden cursos de yoga, ni como se venden pelucas en AliExpress.

Vender cultura no es vender producto. Es vender orgullo.

Teresa no escribió para todos. Escribió para unos pocos. Y esa es clave.

A veces creemos que para vender tenemos que hablarle al mundo.

Pero algunos productos y sobre todo los culturales se venden mejor cuando le hablás a un nicho más pequeño… con la voz más clara.

La obra no estaba pensada para las masas.

Pero sí para catedráticos, investigadores, teólogos, historiadores, curiosos de la Edad Antigua...

¿La estrategia?

  1. Exclusividad real
    El acceso a documentos inéditos de la Abadía del Sacromonte. Permisos únicos. Fotografías que nunca antes se habían publicado. Eso no es marketing barato. Es autenticidad pura.
  2. Autoridad y credibilidad
    La firma de una doctora que lleva décadas en la investigación. No es influencer, pero en su mundo, es referencia. Y eso vende más que los seguidores.
  3. Orgullo compartido
    Que figure mi nombre en esos libros fue como sellar con tinta algo que no se borra. ¿Sabés lo que vale estar en los agradecimientos de una obra así?
    Más que mil likes.

¿Entonces, cómo se venden los proyectos culturales?

Acá van algunas claves para vender cultura sin traicionar lo que representa:

  • Hablale al público correcto, no al mundo.
    Tu público no es cualquiera. Es ese loco apasionado que busca justo eso que ofrecés.
  • Contá la historia del proceso.
    Mostrar el “detrás de escena” vale más que un spot profesional. Archivos, permisos, manuscritos, fotos, anécdotas. Eso conecta.
  • Elegí canales de difusión específicos.
    No pongas tu obra académica a competir con TikToks de cocina. Andá directo a foros, revistas, círculos especializados, bibliotecas, universidades.
  • Ofrecé ediciones limitadas o numeradas.
    La escasez bien usada posiciona el producto como algo valioso.
  • Convertí la obra en experiencia.
    Presentaciones, charlas, entrevistas, clubes de lectura, cursos online. No vendas solo el producto, vendé el universo que lo rodea.

Y si vos tenés algo así entre manos —un libro raro, una investigación de años, un proyecto cultural que parece invendible— y no sabés cómo sacarlo al mundo…

Reservá una consultoría conmigo.

No siempre hay hueco, pero si justo hay uno libre, estás de suerte. Y si no, te ponés en lista.

Porque hasta lo más académico se puede vender… si se cuenta como corresponde.