El Checkout: A más clics menos dinero
El checkout es la última frontera. Si ahí fallás, no hay recuperación posible. Te muestro cómo hacerlo fácil, rápido y sin fricciones para que el cliente termine lo que empezó: pagar.

No importa cuánto amor le pusiste a tu web, al carrito, a las fotos...
Si el checkout es un lío, adiós venta.
Y no es personal, es humano: la gente odia pensar más de la cuenta.
Cada clic de más, cada formulario largo, cada duda... es dinero que se aleja.
Así de cruel.
Así de real.
¿Cómo se ve un Checkout que convierte?
- Pocos pasos (ideal 1 o 2 máximo).
- Pedís solo lo necesario: datos de pago, envío y ¡listo!
- Métodos de pago visibles y rápidos (nada de "regístrate para comprar").
- Mensajes de confianza: "Pago 100% seguro", "Protegido con SSL", "Garantía de devolución", etc.
Ejemplo de Checkout que vende:
- Ponen su email.
- Eligen envío.
- Ponen tarjeta o Paypal.
- Pum, gracias por tu compra.
Todo en una sola pantalla o con barra de progreso muy clara:
1. Datos > 2. Pago > 3. Confirmación
Sin vueltas. Sin sufrimiento.
¿Cómo se ve un Checkout que mata ventas?
- Formularios eternos pidiendo hasta el nombre de la mascota.
- Obligar a crear cuenta para comprar (a menos que seas Amazon, no podés).
- Errores tontos tipo "campo obligatorio" que no explican qué falta.
- No mostrar logos de seguridad (el miedo a que te roben la tarjeta está siempre ahí).
Ejemplo de Checkout que espanta:
- Clic en “comprar”.
- Redirección a otra página.
- Registro obligatorio.
- 10 campos para llenar.
- No saben cuándo van a terminar.
- Error en el formulario y no dice dónde.
¿Resultado?
Se van y compran en otro lado.
La cuestión es esta: Si pagar cuesta esfuerzo, no te pagan. Así de simple.