No importa cuánto amor le pusiste a tu web, al carrito, a las fotos...

Si el checkout es un lío, adiós venta.

Y no es personal, es humano: la gente odia pensar más de la cuenta.

Cada clic de más, cada formulario largo, cada duda... es dinero que se aleja.

Así de cruel.

Así de real.

¿Cómo se ve un Checkout que convierte?