Hay algo que me jode bastante (aunque algunas veces también me divierte):

Ver a emprendedores convencidos de que la están rompiendo… cuando en realidad no entienden nada.

Si me dieran un euro por cada uno que dice “ya lo tengo todo claro”, tendría suficiente para contratarlos a todos… y cerrarles el negocio a la semana.

¿Lo peor? Están convencidos. Absolutamente convencidos.

Nadie les dijo la verdad antes.

Porque nadie quiere ser “el malo”.

Nadie quiere ser el que pincha el globo.

Nadie quiere decirte que tu idea, tu web, tu copy, tu embudo, tu negocio entero… no está listo.

Pero yo sí. Porque ese es mi trabajo.

Destrozar negocios para poder reconstruirlos como corresponde.

El ego es un gran motivador, pero también un gran traidor.

Y si estás leyendo esto pensando “esto no es para mí”, te tengo una mala noticia: probablemente sea exactamente para vos.

Hay una trampa mortal en la que casi todos caemos:

Sobrevaloramos nuestras capacidades justo cuando más inexpertos somos.

Es el famoso efecto Dunning y Kruger.

Lo vivió la chica que abrió una cafetería porque “le gustaba el café”… y a los seis meses no podía pagar el alquiler.

Lo vivió la coach que armó su web en Canva, subió dos frases motivacionales a Instagram… y pensó que ya tenía un negocio.

Y lo vivís vos, cada vez que tomás decisiones estratégicas sin tener ni idea.

Ahora bien, esto tiene solución.

Pero no es gratis. Vas a tener que aguantar que te digan cosas que no querés oír.

Vas a tener que escuchar cuando te digan que tu web no vende porque parece un PowerPoint del 2006.

Que tu producto es bueno, pero nadie lo entiende porque lo comunicás como si fueras Wikipedia.

Que estás más preocupado por verte profesional que por ser útil.

Y ahí entro yo.

Mi promesa es simple:

Voy a destrozar tu negocio… para que empiece a facturar como corresponde.

Pero ojo, no trabajo con cualquiera.

Trabajo con los que tienen el coraje de dejar el ego en la puerta y sentarse a TRABAJAR en serio.

¿Sos uno de esos?

Entonces hacé esto ahora:

Reservá una consultoría conmigo.

Hoy quizás tengas suerte y quede un hueco libre. Mañana no lo sé.

PD: Si no hay plazas, o todavía no tenés el coraje para que te diga lo que nadie más se anima…

Unite a la Manada Privada.

Ahí vas a tener acceso a todo el contenido del blog, y cada día vas a recibir en tu email:

Verdades incómodas, estrategias que venden, y marketing sin humo.

Sin gurús de 20 años. Sin chamuyo. Sin filtro.