A veces hay que decirlo como es: A tu audiencia le das igual.

No es personal.

Es que ahora tienen de todo… y de todos.

Y ya no se conforman con mirar desde la platea.

Me acuerdo cuando lancé mi primer blog. Año 2003.

Escribía como si fuera el oráculo.

“10 claves para esto”. “Cómo hacer aquello”.

Todos leíamos, nadie respondía.

Una especie de misa digital donde yo era cura, feligrés y sermón.

Pero hoy no.