No vine a ser citado: vine a facturar
Me acusaron de escribir simple. Así que hoy les respondo en difícil.

Se me ha achacado recientemente —no sin cierta aspereza revestida de condescendencia intelectual— el flagrante delito de redactar mis artículos con una prosa que, a decir de algunos, incurre en excesiva llaneza, en un coloquialismo procaz, indigno de los más excelsos tratados de mercadotecnia académica.
A vosotros, doctos censores de mi léxico campechano, me dirijo hoy con una vindicación que quizá os sea indigesta.
Permitidme, pues, replicar a la altura de vuestras expectativas.
¿Que mi estilo es vulgar? ¿Burdo? ¿Indigno de un panel SEO sobre "el funnel de conversión omnicanal"?
Os ruego me disculpéis por no haberme plegado al arquetipo académico de prosa soporífera.
Perdón por no escribir como un paper de la universidad de Wisconsin con dieciocho citas APA y nula capacidad de venta.
Quizás esperabais que os hablase de "constructos narrativos sinérgicos en el abordaje heurístico del inbound marketing", o de "dinámicas holísticas del embudo neurorelacional en ecosistemas hiperdigitales".
Pero uno es lo que es. Y yo soy hijo de una madre que me prestaba a Kierkegaard en vez de un Tamagotchi.
Así que, sí, escribo como hablo. Porque me interesa que me entienda la gente que quiere vender, no la que quiere citarme.
Porque prefiero que un emprendedor me diga “gracias, vendí” a que un académico me diga “interesante enfoque epistemológico”.
Si os place, seguid pontificando desde vuestras cátedras de LinkedIn, escribiendo posts como si os estuviera dictando un notario del siglo XIX.
Yo, por mi parte, seguiré apelando al verbo crudo, al lenguaje que huele a café de madrugada y a factura impaga.
Porque en el mundo real, ese donde se juega la comida del mes, no hay tiempo para ornatos léxicos: hay que facturar.
Pero tranquilos, ya les he complacido con este exordio digno de la Real Academia.
Ahora si queréis dejar de leer papers y empezar a vender, reservad una consultoría conmigo.
Quizás no tenga un diploma en semiótica aplicada al e-commerce, pero tengo algo más valioso:
Clientes que facturan todos los días.