¿Sabés cuál es el recurso más valioso de tu negocio?

No es tu oferta. Ni tu contenido.

Es tu tiempo.

Y cada minuto que le das a un prospecto no calificado…
es un minuto que le robás a uno que sí estaba listo para comprar.

Los corderos se ilusionan con un “me interesa”

Los lobos filtran con frialdad quirúrgica

Si querés dejar de perseguir, tenés que hacer que los demás se ganen tu atención.
Y eso se logra con un sistema simple: Calificación.

4 componentes de un embudo de calificación que no falla

1. Barrera de entrada