Hoy te planto un grito de guerra. Directo, sin vueltas. Como me gusta.

Y es que la mayoría de los emprendedores no tiene un problema de calidad, tiene un problema de diferenciación.

No destacan porque no se animan a mojarse. A decir:

“Esto soy yo. Esto NO soy yo. Y si no te gusta, hay 200 más ahí afuera que te van a decir lo que querés oír.”

Y ese es el problema: muchos hablan para agradar a todos y terminan gustándole a nadie.

Lo que más me costó conseguir (pero ya aplico desde hace años):