Ya sabía cómo terminaba.
La ducha. El grito. El giro.
Y aun así… la volví a ver.

Y volví a disfrutar como un idiota cada maldito plano.

Otra vez Hitchcock. Otra vez Tony Perkins. Otra vez Psicosis.

Otra vez ese suspense que no debería funcionar, porque ya lo conozco de memoria.

Pero funciona.

Funciona mejor que muchas de las cosas nuevas que veo.

¿Sabés por qué?