Emails que llegan. Emails que venden.
Cómo crear campañas que esquiven el spam, enganchen al lector y terminen en ventas.

Hace 20 años mandaba newsletters en HTML a mano.
Hoy tenemos herramientas que lo hacen todo solas, pero si tus correos no llegan, no existen.
Así que no importa si escribís como Cortázar o si tu oferta es irresistible: si no entregás bien, perdés.
Te paso la guía que necesitás para que tus emails no terminen en el limbo (a.k.a. carpeta de spam).
1. Compliance (o sea, hacelo legal)
¿Mandás emails sin permiso? Te van a castigar.
Primero lo hacen los usuarios (con el botón de spam), después los sistemas (con bloqueos).
Así que, de base: pedí permiso.
Lo ideal es doble opt-in: que la persona te diga dos veces que quiere recibir tus cosas.
¿Menos leads? Sí. ¿Mejor calidad? También.
Tip de oro: el mail de bienvenida es el mejor momento para empezar a vender. No lo desperdicies con un “Hola, gracias por suscribirte”.
2. Trust (Confianza)
Tu IP tiene reputación. Como vos.
Si mandás basura, los sistemas lo saben. Si mandás valor, también.
Para que tus correos lleguen a la bandeja principal, activá estas cosas:
Y si podés, andá por BIMI. Es caro, sí. Pero te pone el logo al lado del nombre en el inbox. Eso es marca en esteroides.
3. Infraestructura
¿Tu dominio está bien configurado?
¿Sabés desde qué IP estás enviando?
¿Tenés una política clara de envíos?
Muchos se olvidan que el email se mueve por servidores, protocolos, registros y validaciones.
Si eso está flojo, podés escribir el mejor email del mundo… y que no lo vea nadie.
4. Audiencia (personas, no direcciones)
Segmentá.
No todos quieren lo mismo.
No todos abren a la misma hora.
No todos están listos para comprar.
Segmentá por comportamiento:
- ¿Abren?
- ¿Hacen clic?
- ¿Responden?
- ¿Cuándo lo hacen?
El Send Time Optimization no es magia.
Es mirar los datos y actuar.
Y si tu sistema lo hace solo, mejor aún.
Otra cosa: personalizá. No sólo con el nombre.
Hablales como si los conocieras. Porque deberías conocerlos.
Y si no, usá encuestas, formularios, centros de preferencia.
5. Contenido (el rey sigue vivo)
Acá te jugás todo.
¿Tu asunto da ganas de abrir?
¿Tu diseño se ve bien en móvil?
¿El contenido es relevante?
Emails con puro texto funcionan. HTML bien hecho también.
Pero si mandás algo que no interesa… no lo va a abrir ni tu madre.
Tené un calendario de envíos.
Planeá.
Medí.
Mejorá.
¿Querés ser interactivo? Usá AMP (aunque no todos los clientes lo soportan).
La cuestión es esta: El email tiene que responder a la pregunta ¿qué gana esta persona si lo abre?
6. Toxinas (lo que mata)
- Correos inválidos → fuera.
- “No-reply@...” → fuera.
- URLs acortadas → parecen phishing.
- Solo imágenes → no cargan, no venden.
- Compraste una lista → suerte con el bloqueo.
Si acumulás quejas o bounces, tu IP se quema. Chau entregabilidad. Chau ventas.
7. Trampas (las invisibles)
Los proveedores de internet (Gmail, Outlook, Yahoo, etc.) están llenos de trampas para detectar a los que mandan spam.
Y lo peor: vos podés caer sin darte cuenta.
¿Ejemplos?
- Emails reciclados: direcciones que antes eran reales, pero que hoy ya no existen y se usan como trampa. Si mandás ahí, quedás marcado.
- Direcciones falsas: creadas específicamente para detectar a los que compran bases de datos.
- Filtros internos de empresas: correos corporativos que bloquean lo que les parece publicidad o ruido. Ni te enterás, pero tu reputación baja.
- Filtros personales: usuarios que te ponen sin piedad en "spam" si no les gustó lo que mandaste.
¿Resultado?
Tu IP y tu dominio se prenden fuego.
Los próximos mails que mandes… ni se ven. Ni llegan. O se van directo al purgatorio del spam.
Volver a tener buena reputación en email es como salir del Buró de crédito: se puede, pero cuesta tiempo, esfuerzo y paciencia.
8. Experimental (lo que se viene)
- IA: segmentación, predicción, personalización automática. Ya está pasando.
- AMP: botones, carritos, encuestas… dentro del mail.
- BIMI: tu logo en la bandeja de entrada. Branding puro.
- Voice Assistants: escribí pensando en cómo suena leído por Alexa o Siri.
Otra vez: Probá, medí, ajustá.
9. Métricas (sin humo)
¿Open rate? Cada vez menos confiable. Apple se encargó de eso.
¿Clics? Sirven, pero no lo son todo.
Empezá a mirar cosas más útiles:
- Tasa de conversión.
- Tiempo de lectura.
- Respuestas.
- Ventas por campaña.
En resumen:
El email no murió.
Murió el email mal hecho.
¿Querés que tus correos vendan, lleguen y te posicionen como referente?
Empezá por arreglar lo básico.
Después, jugá como un grande.
¿Querés que revise tus campañas y te diga cómo hacer que facturen todos los días?
Entonces estás de suerte. Hoy tengo 1 hueco libre para una consultoría.
Si ya está ocupado, mala suerte. Pero si no, te va a cambiar el juego.
Reservá acá antes que lo agarre otro.