Tres errores que matan negocios antes de nacer (y cómo evitarlos)

Una idea revolucionaria, pruebas científicas y un negocio que fracasó. El motivo te va a sorprender.

Tres errores que matan negocios antes de nacer (y cómo evitarlos)

Tengo una obsesión. Y no es con el éxito.

Es con el fracaso.

Porque es ahí donde está la verdadera carnicería.

Donde se ven los errores, los miedos, y sobre todo: los aprendizajes.

Te cuento una historia de las que duelen, pero enseñan más que cualquier MBA.

Año 2005. Un cliente me trae una idea que parecía de ciencia ficción:

"Vamos a desinfectar teléfonos móviles con luz ultravioleta. La gente no sabe que su móvil tiene más bacterias que un váter."

¡Ojo! estamos en el año 2005. El boom de los smartphones recién empezaba.

Nokia era el rey absoluto. El iPhone ni existía. WhatsApp no se había inventado.

Y nadie, absolutamente nadie, hablaba de bacterias en el móvil.

La cuestión es que el tipo había traído de Japón un esterilizador para dispositivos electrónicos

Y no venía con cuentos. Traía informes bacteriológicos de laboratorio, con datos reales, pruebas científicas y gráficos que daban miedo.

Demostraba, con cifras en mano, que un móvil tenía más bacterias que la tapa de un váter público.

Y no hablo de microbios simpáticos… hablo de virus, hongos y un sinfín de enfermedades que podían causar desde infecciones cutáneas hasta problemas respiratorios.

Era como llevar un zoológico microscópico en el bolsillo.

Y nadie lo sabía. ¡Faltaban muchos años para el COVID!

Además, su estrategia comercial era bastante creativa:

Montar stands en centros comerciales, donde se instalan las telefónicas. Desinfección exprés, regalito y listo.

Me decía:“Esto va a petarlo.”

¿Y sabes qué pasó?

Se fue a pique.

Y no porque la idea fuera mala. Sino por tres errores que veo todos los días en emprendedores con proyectos prometedores: