Hay algo más cutre, más artificial, más robótico que esto:

Estimado/a [Nombre del destinatario],
Espero que este mensaje le encuentre bien.
Me pongo en contacto con usted para...

¿Perdón?

¿Hay alguien que hable así en 2025?

Te llega un email así y lo mandás directo al cementerio de los no leídos.

Es que no se merece ni un click. ¡Por favor!

Y mirá que yo uso mucho, muchísimo ChatGPT.

Pero hay una gran diferencia entre usar una herramienta y dejar que la herramienta piense por vos.

Yo no le pido: “escribime este email” y listo.

Yo le digo: “escribí este email como yo lo haría. Con mi voz. Con mis heridas. Con mis contradicciones. Con mi humor.”

Y el androide ya sabe... lo tengo entrenado.

Tiene mis reglas establecidas muy claritas. Y las cumple. (Sino lo echo a la calle)

Y después... lo leo bien y LO CORRIJO.

Porque, si no, ¿para qué estás vos?

¿Para qué está tu historia?
¿Tu forma de expresarte?
¿Tu manera de conectar con otros?

Historia literal: