¿Querés que te diga la verdad, sin anestesia?

Tu negocio no despega porque seguís haciendo lo mismo de siempre.

Y no me refiero a tu logo, tu web o tus campañas.

Hablo de lo que hacés (o no hacés) todos los días.

Esos hábitos invisibles que tenés pegados como garrapatas y que frenan todo: las ventas, el foco, tu autoestima y, claro, el dinero.

¿Y si te dijera que en 30 días podés pegar un giro de 180 grados?

No estoy hablando de milagros. Estoy hablando de pasar de ser cordero, que reacciona a todo y pide permiso, a ser lobo, que decide, ejecuta y cobra sin culpa.

Vamos con los 5 hábitos que, si los agarrás en serio, te van a cambiar la cabeza y la cuenta bancaria:

1.  Mirar los números todos los días

Hábito de cordero: mirás los ingresos cuando te llega una factura o cuando la cuenta está en rojo.

Hábito de lobo: 15 minutos cada mañana con tus métricas frente a los ojos.

Hacelo simple. Google Sheets. 5 datos:

  • Ingresos del día
  • Objetivo diario
  • Leads nuevos
  • Propuestas enviadas
  • Tasa de conversión

¿Querés dejar de vivir con ansiedad? Empezá por mirar la verdad todos los días.

2. Comunicar con garra

Hábito de cordero: “el cliente seguro lo entiende”, “mejor no le digo eso, capaz se enoja”.

Hábito de lobo: ponés las reglas claras desde el día uno.

  • Manual de cliente.
  • Plantillas para decir NO.
  • Horarios bien definidos. (Ojo: nada de “bueno, hacemos una excepción”).

Ser claro no es ser pesado. Es ser profesional.

3. Crear antes de apagar fuegos

Hábito de cordero: respondés mails, WhatsApps, hacés lo urgente.

Hábito de lobo: bloqueás 90 minutos diarios para crear, aunque se esté incendiando la oficina.

Contenido. Ofertas nuevas. Sistemas que escalen.

Sin esto, seguís corriendo como hámster en la rueda.

4. Decir NO más seguido

Hábito de cordero: aceptás cualquier cliente por miedo a quedarte sin trabajo.

Hábito de lobo: filtrás con lupa: ¿encaja o no?

Lista de verificación. No cumple: afuera.

Más tiempo, más energía, más plata. Porque sí: decir no también paga.

5.  Aprender como si tu vida dependiera de eso

Hábito de cordero: “cuando tenga tiempo hago ese curso”.

Hábito de lobo: todos los días, 20-30 minutos para mejorar en algo clave.

Elegí tres:

  • Una técnica (la de tu sector)
  • Una de negocio (ventas, copy, anuncios)
  • Una mental (liderazgo, foco, comunicación)

Y buscate un mentor si querés llegar lejos.

El plan de los 30 días (paso a paso)

Semana 1 → Empezás con los números. Todos los días, sin falta.

Semana 2 → Sumás el bloque de creación. Aunque sea media hora.

Semana 3 → Empezás a filtrar clientes y proyectos.

Semana 4 → Comunicación afilada y rutina de aprendizaje diaria.

Nada de hacer todo junto. Esto no es un reality de transformación exprés.

Es compromiso real con tu negocio.

“¿Y si no lo logro?”

Entonces no lo querías tanto.

Ponete una penalización. Publicá tu compromiso. Buscate un compañero de hábitos.

Hacelo real. Que duela fallar.

¿Qué va a cambiar?

Quizás no factures el doble en 30 días.

Pero te aseguro que vas a pensar diferente.

Vas a sentirte diferente.

Y eso, tarde o temprano, mueve el tablero.

  • Más foco
  • Más energía
  • Mejores decisiones
  • Clientes con los que da gusto trabajar
  • Contenido que vende
  • Y un negocio que, por fin, se siente tuyo

La cuestión es esta: No esperes que tu negocio cambie si vos no estás dispuesto a cambiar primero.

Los hábitos de cordero te dan migajas. Los de lobo te abren la puerta al festín.

¿Vas a seguir balando… o vas a empezar a aullar?

La manada ya se está formando.

PD: Si querés que trabajemos estos hábitos juntos, te aviso que quedan muy pocos lugares en mi consultoría. Si hay disponibilidad, estás de suerte.

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