De los aplausos a los sanitarios al gol de Vinicius

Lo más triste que me enseñó la pandemia… y lo que revela sobre la sociedad y tu negocio.

De los aplausos a los sanitarios al gol de Vinicius

¿Te acordás?

Eran las ocho de la tarde.

Punto de encuentro en los balcones.

Palmas al aire, emoción en los ojos.

Un aplauso colectivo.

Para los sanitarios.

Para los que estaban al frente.

Jugándose el pellejo mientras nosotros hacíamos bizcochuelos en casa y subíamos retos en TikTok.

Y mientras tanto, las redes ardían con indignación:

“Los sanitarios ganan una miseria, ellos son los verdaderos héroes.”

“Los futbolistas, en cambio… en sus mansiones con jardín de 8.000 metros… escoria.”

“Qué asco esta sociedad, idolatrando millonarios mientras los que salvan vidas no tienen ni guantes.”

Todo muy épico.

Muy moral.

Muy comprometido.

¡Corten! vamos difuminando a negro y.... siguiente escena: ¡Acción!

Domingo. 21:00 hs.
Final de Champions.

Patatas, cerveza, bufanda.

Gritos, insultos al árbitro, tensión y...

GOOOL, GOOOL, gol de Vinicius.

Aplausos y lágrimas (Segunda parte).

Sí, los mismos que lloraban por los sanitarios hoy se cagan en el turno de noche del hospital.

El héroe ya no es la enfermera que hace doble guardia.

Es el delantero con abdominales de mármol y un TikTok con coreografía.

No me jodan.

Así somos.

Memoria corta, coherencia nula, espectáculo al palo.

Te soy sincero. Desde la pandemia no vi más fútbol.

Lo largué. Literal.

No sé quién juega, ni si hay liga, ni si existe el "Torneo Salsa Golf" o lo que inventen ahora.

Porque entendí algo:

El sistema necesita que idolatres a alguien.

Y si puede ser alguien que no mueva tu vida un carajo, mejor.

Así no cuestionás nada.

Ni lo que ganás.
Ni lo que hacés.
Ni a quién votás.
Ni a quién le comprás.

La cuestión es esta: La memoria de una sociedad dura lo mismo que una story de Instagram.

¿Y esto qué tiene que ver con el marketing y los negocios digitales?

Todo. Porque vos también tenés dos caminos:

O te convertís en el “Vinicius” de tu sector,
uno más gritando goles, buscando likes, haciendo reels sin alma…

O te convertís en el “sanitario digital”, el que no vende humo, el que aporta de verdad, el que está en la trinchera resolviendo problemas reales, aunque no tenga ovación.

Y sí, cuesta más.

No hay tantas palmas.

Pero el respeto, ese que dura, llega.

Mi elección está clara.

Y vos, ¿cuál elegís?

¿Tenés un negocio digital y querés dejar de correr detrás de la moda para empezar a facturar todos los días con un sistema simple y efectivo?

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A veces tengo cupo. Otras no.

Si hoy hay, aprovechalo. Porque mañana, capaz no.