Deja de correr. Conviértete en la meta.

No seas el que golpea puertas. Sé la puerta que todos quieren abrir.

¡Se acabó! De verdad. ¡Pará!

Deja de perseguir clientes como un hámster en la rueda.

Grabate esto: Los negocios que escalan no cazan. Seducen.

La gran mentira: “Hay que salir a buscar clientes”

Mentira peligrosa, porque parece lógica.

Como si ser insistente fuera sinónimo de éxito.

Como si mendigar atención fuese estrategia.

Eso no es estrategia. Es desesperación con disfraz de acción.

¿Querés saber cómo lo hace un lobo?

Te lo cuento con pelos y señales: