El arte de disfrutar lo predecible

La vida y los negocios son como tu película favorita: Cuando dejás de buscar el final, empezás a disfrutar cada escena.

El arte de disfrutar lo predecible

Ya sabía cómo terminaba.
La ducha. El grito. El giro.
Y aun así… la volví a ver.

Y volví a disfrutar como un idiota cada maldito plano.

Otra vez Hitchcock. Otra vez Tony Perkins. Otra vez Psicosis.

Otra vez ese suspense que no debería funcionar, porque ya lo conozco de memoria.

Pero funciona.

Funciona mejor que muchas de las cosas nuevas que veo.

¿Sabés por qué?
Porque ya no espero que me sorprenda.
Solo quiero que me emocione.

Seguro que a vos te pasa lo mismo si estás emprendiendo un proyecto.

Ya sabés que va a haber baches.

Ya sabés que va a costar.

Que habrá momentos de tensión, de miedo, de querer salir corriendo.

Pero hasta que llegue ese “final feliz” lo estás disfrutando… (Me imagino que es así, que si no...).

Así que sí, volví a ver Psicosis.

Ahora te pido que pienses en esa película que viste mil veces.

Esa de la que te sabés los diálogos, los giros, hasta los gestos de memoria.

¿Por qué la volvés a ver?

¿Qué tiene que te engancha aunque ya sepas todo lo que va a pasar?

No es por el final.
Es por cómo te hace sentir mientras la ves.
Es por lo que te remueve.
Por lo que te conecta.

La cuestión es esta: Si no aprendés a disfrutar la escena de tu vida en la que estás ahora mismo… te vas a perder tu propia película.

Si estás en ese punto donde todo te parece predecible, si tu negocio no te emociona como antes… quizás te venga bien una charla conmigo.

Mis consultorías no son para todo el mundo.

Pero si queda un hueco libre y lo pillás a tiempo, puede que sea justo lo que necesitás para volver a disfrutar del proceso.