El circo de los problemas invisibles
Desde osos discriminados hasta pibes sin play: el Estado necesita dramas nuevos para seguir justificando su existencia.

El otro día me preguntaron por qué no hablo de política.
Les dije que sí hablo… Y mucho. Sólo hay que saber leer entre líneas.
Lo que pasa es que no pierdo el tiempo con problemas inventados.
Porque esa es la trampa.
Primero te siembran el miedo.
Después te venden la cura.
Y todo eso mientras te cobran impuestos para “protegerte”.
La cuestión es esta:
- Si nadie se pelea, no hacen falta mediadores.
- Si no hay desempleo, no hacen falta subsidios.
- Si nadie se siente inseguro, no justificás 18 ministerios.
Entonces...
¿qué hacen los políticos con sus armas de desinformación masiva: los medios?
Fabrican problemas.
Te los meten en la cabeza poco a poco, 24/7
Que están discriminando en el bosque al oso pardo estepario… creamos un Ministerio de Inclusión Animal Boscosa con presupuesto de seis cifras.
Que los pibes no pueden acceder a la PlayStation… ¡Ayuda estatal contra el desasosiego del ocio juvenil!
Que sube el precio del café…
proyecto de ley urgente para declarar el espresso un derecho humano no arancelado.
Y así, problema tras problema inventado, te hacen sentir débil, en peligro, angustiado…
Y justo ahí aparece papá Estado con la solución mágica: más gasto, más control, más dependencia.
Y acá te digo algo que quizás no te guste:
En el mundo en el que yo me muevo —y en el que seguro vos también te movés—...
Si Trump se levanta cabreado y mete aranceles, o a Putin le cae mal el almuerzo y decide invadir una isla con forma de berenjena...
NO ME AFECTA.
NO TE AFECTA.
Y no me vengas con que sí... que hay que ver...
Porque tengo medio siglo de vida y ya escuché exactamente lo mismo:
- Cuando Gorbachov ponía cara de estatua y nos decían que la Tercera Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina.
- Cuando Reagan salía en la tele con voz de abuelo loco y anunciaban el fin del mundo nuclear con cada bostezo suyo.
- Cuando Bush Padre buscaba armas que no existían y metía a medio planeta en guerra para que Halliburton cobrara el cheque.
- Cuando Medvédev parecía un pasante con traje y decían que Rusia era el nuevo imperio del mal porque necesitaban vender más misiles.
¿Y sabés qué pasó con todo eso?
Nada.
La gente que facturaba, siguió facturando.
La gente que esperaba soluciones, siguió esperando.
Y los medios a la orden de sus jefes… siguieron vendiendo miedo.
Hace años que no veo la tele.
No leo periódicos.
No me interesa saber si el ministro dijo esto o aquel gritó lo otro.
Porque mientras ellos hablan… yo vendo.
Mientras ellos inventan nuevos miedos…
yo creo nuevas ofertas, nuevos productos, nuevos caminos para que mis clientes facturen sin pedirle permiso a nadie.
¿Querés un consejo gratis? (Pero que vale oro)
Desconectate.
No del mundo.
Del circo.
Enchufate a tu negocio.
A tus clientes.
A tu libertad.
Y si querés salir del juego de la dependencia y construir algo grande de verdad, reservá una consultoría conmigo.
Si hay sitio, sos afortunado.
Si no, seguí esperando al próximo “salvador”.
Spoiler: tampoco te va a salvar.