Leer siguiente
Tus horas en redes no son gratis. Te están costando ventas. Acá te muestro cómo dejar de regalar tiempo… y empezar a facturar con cada clic.
Si no sabés cuánto vale tu tiempo, alguien más lo va a usar... y no te va a pagar.
Tu hora no vale lo mismo que la de un cordero (y hasta que no lo entiendas, vas a seguir siendo uno)
Ponerle precio a tu tiempo no es arrogancia, es supervivencia. Porque si no sabés cuánto vale tu hora, siempre vas a trabajar para los planes de otro.
Si todos aplauden tu charla, probablemente no dijiste nada importante.
La rebelión empieza por tu bandeja de entrada
Dejá tu email y recibí ideas que venden, sin pedir permiso. Sin spam. Solo fuego útil.