El ego no paga facturas

Tu negocio no necesita autoestima. Necesita resultados.

Hay algo que me jode bastante (aunque algunas veces también me divierte):

Ver a emprendedores convencidos de que la están rompiendo… cuando en realidad no entienden nada.

Si me dieran un euro por cada uno que dice “ya lo tengo todo claro”, tendría suficiente para contratarlos a todos… y cerrarles el negocio a la semana.

¿Lo peor? Están convencidos. Absolutamente convencidos.

Nadie les dijo la verdad antes.

Porque nadie quiere ser “el malo”.

Nadie quiere ser el que pincha el globo.

Nadie quiere decirte que tu idea, tu web, tu copy, tu embudo, tu negocio entero… no está listo.

Pero yo sí. Porque ese es mi trabajo.

Destrozar negocios para poder reconstruirlos.

El ego es un gran motivador, pero también un gran traidor.

Y si estás leyendo esto pensando “esto no es para mí”, te tengo una mala noticia: probablemente sea exactamente para vos.

Hay una trampa mortal en la que casi todos caemos: