Si ya sé: Querés ayudar a todos con tu negocio. Lo entiendo.

Pero ¿sabés qué?

Cuando le hablás a todos, nadie te escucha.

Te convertís en una linterna. Pequeña. Difusa. Reemplazable.

Los negocios que facturan de verdad no se posicionan como “para todos”.

Se convierten en faros.

Claros. Potentes. Inconfundibles.

¿Cómo se construye un posicionamiento magnético?

Tomá nota, porque esto es lo que separa al freelancer quemado del profesional codiciado:

  1. Especialización concreta. No digas “ayudo a emprendedores”. Decí: “Ayudo a coaches de bienestar a vender sin rebajarse ni vender humo”.
  2. Problema específico y doloroso. Mostrá que entendés su dolor mejor que ellos. Ejemplo: “Si tu facturación es una montaña rusa y vivís con miedo a que el próximo mes no entre nada…”
  3. Enemigo común. Algo que los una en contra. Un método anticuado, una mentalidad vieja, una industria oxidada.
  4. Exclusión explícita. Decí a quién NO ayudás. No es arrogancia. Es claridad.

La cuestión es esta: “No es más visible el que más grita, sino el que ilumina con claridad lo que otros buscan.”

¿Cómo saber si tu posicionamiento es de lobo?

Hacete esta pregunta:

¿Alguien se puede sentir excluido por lo que decís?

Si la respuesta es no, es porque tu mensaje sigue siendo de cordero.

Acción inmediata: afiná tu declaración

Completá esta frase ahora mismo:

“Ayudo a [tipo de cliente] que sufre [problema específico] a lograr [resultado concreto] mediante [metodología/solución única]. No trabajo con [cliente no ideal].”

Cuando la tengas, usala en tu bio, web, emails y contenido.

Ese es tu faro. Y empieza a girar hoy.

¿Querés ayuda para construir tu posicionamiento magnético? Todos los meses tengo consultorías 1 a 1. Pero vuelan rápido.

Si ves que hay un hueco disponible, aprovechalo. Estás a tiempo.

Aplicá a una consultoría estratégica conmigo — Y dejá de alumbrar como linterna.