LinkedIn está lleno de SEO-istas en modo velorio.

Otra actualización. Otra IA. Otro entierro colectivo.

Y otra vez los lloriqueos:

"Ay no, Google cambió el algoritmo. ¿Y ahora qué hacemos?"

Lo mismo de siempre: correr como ratas de laboratorio buscando el nuevo “truco” para seguir vendiendo humo.

Yo esto ya lo viví mil veces.

Y estoy hasta la peluca.

SEO: la carrera del hamster con certificado de gurú

Desde los tiempos en que Altavista todavía respiraba, vengo viendo lo mismo:

Cada vez que el algoritmo cambia, todo lo que aprendiste se va al inodoro.

Y vos, como un gil, a pagar otro curso, a leer otro post de "5 hacks para posicionar en 2025", a rezarle al pingüino de Google y su madre.

Yo lo hice. Vos lo hacés. Todos lo hacen.

Es ridículo.

La prostitución del contenido (sin preservativo)

¿Querés saber cómo se posiciona de un tiempo a esta parte?

Fácil. Seguís esta receta prostituida:

  • Comprás enlaces en páginas que nadie lee. Pero que curiosamente tienen alto Page Rank.
  • Inflás el texto hasta llegar a 5000 palabras aunque el tema daba para 300.
  • Metés “inteligencia artificial” 27 veces (o las que te diga la herramientas de keyword density).
  • Usás sinónimos rebuscados para repetir la misma keyword sin que el bot se enoje.
  • Le ponés títulos en formato: "Cómo hacer X en 2025 (la #3 te sorprenderá)".
  • Publicás en medios comprados o “colaboraciones” con blogs zombies.
  • Reescribís el mismo artículo de siempre con lenguaje neutro, sin alma, sin idea.
  • Agregás FAQs absurdas que nadie preguntó (pero ayudan al SEO).
  • Insertás un video de YouTube incrustado para aumentar el tiempo de permanencia.
  • Cerrás con un formulario que nadie llena pero le gusta a Google.

Y voilà. A esperar que pase la arañita de Mountain View.

¿Te parece que eso es escribir?

Eso es mentirle al lector… y pagarle al algoritmo para que no se note.

Google no es un buscador. Es un dealer.

Te mete el síndrome de abstinencia.

Te corta el alcance.

Te cambia las reglas.

Y después te vende la solución:

  • Google Ads
  • Search Console
  • Certificaciones
  • SEO tools
  • Webinars “oficiales”
  • Y un ecosistema entero de parásitos que se lucran con tu desesperación.

Es como Monsanto: crea el problema, te vende la semilla, y después te cobra el pesticida.

La rebelión contra las keywords

Yo no juego más.

No optimizo más un carajo.

No escribo para gustarle a un bot.

Escribo para que a vos te tiemble algo cuando leas.

Y si no me encuentran, que pregunten:

¿Quién carajo es ese que escribe mal y vende igual?

Spoiler: soy yo.

Y no pienso bajar la voz para parecer profesional.

La IA vino a destruir el SEO... y a reemplazarlo con otro peor

¿Ahora hay que “optimizar” para el robotito con IA?

Qué avance, ¿no?

Pasamos de escribir para un algoritmo… a escribir para otro más inteligente, más opaco y más manipulador.

Y los SEO felices. Cambiaron de amo.

Siguen arrodillados, solo que ahora con ChatGPT pegado al culo.

Nosotros no somos muchos (pero hacemos más ruido)

Somos los que escribimos sin miedo.

Sin filtros.

Sin CTA's optimizados.

Y aunque no salgamos primeros en Google, salimos primeros en la cabeza del que nos lee.

Porque la cuestión es esta: las ideas reales no necesitan SEO. Se propagan solas. Como el fuego.

Bueno, espero sinceramente que esta entrada NO te haya gustado.

Así que NO la compartas ni le des like (que por otro lado no se puede).

Y como sos miembro de esta manada.

Si Google me "penaliza"… al menos seguiremos juntos por email.