Lecciones de marketing de un niño autista

Coherencia, foco y verdad: los caminos del lobo para tu negocio.

Lecciones de marketing de un niño autista

Te tiro una analogía que tengo atravesada en el pecho, y que me cambió la manera de ver el marketing:

Mi sobrino no miente. No sabe cómo. Es autista.

Así que si le preguntás si te queda bien una camisa, con su especial forma de comunicarse, te va a decir la verdad.

Sin filtro. Sin anestesia.

Su opinión siempre es real. 100%

¿Te das cuenta de lo brutal que es eso?

En los negocios, hacemos justo lo contrario: mentimos todo el tiempo.

Disfrazamos las propuestas, maquillamos las webs, embalsamamos las redes.

Nos obsesiona “parecer”.

Pero ¿y si nos obsesionáramos con “ser”?

Como los autistas.

Ellos no saben fingir lo que no sienten.

Y por eso, cuando te abrazan, sabés que es verdadero.

Cuando se interesan por algo, lo hacen con una intensidad que ya quisiéramos los emprendedores para vender.

Mira, por ejemplo, mi sobrino ama su colección de piezas LEGO.

Pero no las usa para construir castillos ni naves espaciales.

No.