No necesito subsidios. Necesito que no me jodan.

El verdadero “kit” que necesitás es un plan para dejar de depender de ayudas.

No necesito subsidios. Necesito que no me jodan.

Justamente ayer que tenía bastante kilombo me llamó una persona con la voz medio tímida, como pidiendo perdón:

—Hola, ¿Seba?...una pregunta… ¿tu te encargas o gestionas el Kit Digital?

Me dieron ganas de decirle:

"El que te dio mi teléfono no te dijo que yo enseño a facturar sin pedirle permiso a papá Estado."

Porque te lo juro: ya no sé qué es peor.

Si los anuncios de gente que vive de las subvenciones…

O los “asesores” que te llaman todos los días como si estuvieran vendiendo seguros de vida en los 90.

—Hola, buenas tardes, ¿tiene un minuto? Es para hablarle del Kit Digital…

Tengo un minuto, sí.

Para decirte que lo que más me ayudaría es que no me cobren como si fuera una multinacional y que no hay nada más caro que lo gratuito mal entendido.

Y ojo, no tengo nada contra quien agarra una ayuda.

A veces, no te queda otra.

Pero que no me vengan con la épica del “te estamos ayudando”.

Si me cobrás 100 en impuestos y después me das una ayuda de 100, no me estás ayudando. Me estás tomando el pelo.

Es como si te invito a cenar, te saco TU cartera, pago la cena con tu plata y después te la devuelvo con un billete de 50 menos.

El Kit Digital se convirtió en eso:

Una excusa para justificar la existencia de intermediarios que no crean nada, no venden nada… y viven de rascar comisiones del dinero público sin aportar un solo cliente.

Mientras tanto, los que hacemos algo útil, los que tenemos clientes reales y no “expedientes” para justificar sueldos públicos, tenemos que perder tiempo explicando por qué no trabajamos con ayudas.

Yo no vendo ayudas. Vendo resultados.

Y si querés resultados, tenés que invertir.

Con tus recursos, tu energía y tus decisiones.

No esperes a que el Estado te dé luz verde para moverte.

No le preguntes a un asesor si podés crecer.

No le reces al Kit Digital, ni a Europa, ni a tu gobierno, ni a ningún burócrata.

Porque no escuchan, nunca escucharon y no te van a escuchar jamás.

En cambio, yo sí te voy a escuchar. Y muy atentamente.

Así que, reservá una consultoría conmigo y ponete serio de una vez.

Si hay hueco esta semana, es tu día de suerte.

Si no… el próximo que se lleve tu idea y la convierta en negocio, no va a ser tan amable como yo.