No sé cómo lo hablo, pero sé de lo que hablo

"Las raíces no estorban, solo crecen entrelazadas".

No sé cómo lo hablo, pero sé de lo que hablo

A veces después de un “vos” se me escapa un “tío”.

Cuando escribo, no sé si poner “ordenador” o “computadora”.

La lapicera ya no existe para mí, ahora uso bolis.

¿Sabés qué? Me da igual.

Llevo desde 2002 en España. Amo este país.

Acá crié a mis hijos, hice amigos que son familia, y aprendí a querer esta tierra como si fuera la mía.

Pero nací en Argentina. País que amo igual de fuerte.

Y allá aprendí a hablar. A soñar. A vender. A vivir.

Así que a veces se me mezcla el mate con el jamón, el “dale” con el “vale”, y el acento se me vuelve un tango medio andaluz.

Pero nunca hay que pedir disculpas por amar.

Solo quería avisarte: si ves que mis palabras hacen zigzag entre Buenos Aires y Granada, no es un error.

Es mi forma de decir que estoy hecho de allá y de acá.

Y aunque no siempre sé cómo lo hablo… te aseguro que sé de lo que hablo.