Si tenés una escuela de idiomas y tus anuncios dicen cosas como:

  • “Aprendé inglés con profesores nativos”
  • “Grupos reducidos y clases dinámicas”
  • “Certificado oficial incluido”

…estás hablando solo.

Porque te tengo una mala noticia:

A nadie le importa tu curso.

La gente no quiere aprender un idioma.

Quiere lo que ese idioma le permite conseguir.

Te lo demuestro con un caso real:

Trabajé con varias sedes de ELE USAL, las escuelas de español de la Universidad de Salamanca.

Un proyecto hermoso, lleno de profesionales de primera… pero con un mensaje que no conectaba.

Estaban tratando de vender “clases”.

Y eso no emociona a nadie.

Rediseñamos todo.

Les mostré que sus alumnos no se inscribían para conjugar verbos.

Lo hacían para:

  • Estudiar una carrera en España (dinero, estatus, movilidad social)
  • Conseguir un trabajo mejor (dinero, seguridad, orgullo personal)
  • Conectar con una pareja o hacer amigos (amor, aceptación, compañía)
  • Dejar de sentirse un bicho raro en una nueva ciudad (identidad, pertenencia, dignidad)

Entonces cambiamos los anuncios.
Ya no hablaban de cursos.
Hablaban de sueños.
De frustraciones.
De deseos.

Y el resultado fue brutal:
Más de 5.000 leads calificados.

Después los llevamos a webinars en vivo, para disparar la confianza. Y terminamos con una secuencia de emails persuasiva para cerrar las matriculaciones.

La cuestión es esta: No vendás clases. Vendé futuro.

Porque como dijo Godin: “La gente no compra productos. Compra mejores versiones de sí misma.”

Si das clases de idiomas, tu marketing no tiene que sonar académico.

Tiene que sonar humano.

Tenés que hablarle al que está frustrado porque no consigue trabajo.

Al que no entiende a sus compañeros.

Al que quiere irse del país.

Al que sueña con estudiar medicina en una ciudad mejor.

Y mostrarle que lo único que hay entre su deseo y él…

Es el idioma que le vas a enseñar.

¿Querés que diseñemos esta estrategia para tu escuela?

Me quedan dos consultorías disponibles esta semana.

Si estás leyendo esto, todavía estás a tiempo.

Reservá la tuya antes de que se ocupe.