Te cuento una anécdota rápida.
A principios de este año me invitan a un congreso de marketing.
Era en Madrid. Supuestamente, uno de los mejores eventos de marketing nacional.
Pero… (siempre hay un pero)
...cuando terminó el evento me quedó un sabor agridulce en el cerebro.
Al final, todos los ponentes hablaron de lo mismo:
“Innovación”.
“Propósito”.
“Storytelling”.
“IA”.
Cambiaban las caras, pero el PowerPoint era el mismo.
Me dieron ganas de salir corriendo.
El marketing domesticado no sirve para cazar
¿De dónde sale esta epidemia de discursos clonados?
Fácil: la industria se volvió adicta a la seguridad.
Nadie quiere arriesgar.
Todos buscan el aplauso fácil y el like automático.
Pero el problema es más profundo.
La homogeneización del pensamiento es la muerte lenta de la creatividad.
Y si matás la creatividad, matás las ventas.
Hoy la mayoría de los eventos de marketing son TED Talks con esteroides.
Pura pose, cero carne.
Y no es casualidad.
Seguir el template es más fácil que desafiarlo.
El miedo a desentonar es más fuerte que el deseo de destacar.
Por eso repiten como loros:
“Sé auténtico”,
“Conectá con tu audiencia”,
“Usá la IA para escalar”.
¿Te suena?
Claro que sí. Claro que sí...
Lo escuchaste mil veces.
Y te digo más: ya ni lo registrás.
El consumidor cambió (y vos seguís actuando para el viejo público)
La gente ya no compra discursos.
Compra acciones.
Ya no quieren marcas que hablen bonito.
Quieren marcas que hagan.
El que se limita a repetir el speech de moda, se vuelve invisible.
Como un lobo disfrazado de cordero:
no impresiona a nadie… y encima termina en el asador.
¿Y la IA?
Sí, es poderosa.
Pero si la usás para copiar lo que hacen todos…
entonces no te está ayudando,
te está enterrando.
¿Querés usar la IA como lobo o como bastón?
Construí tu propio corpus de inteligencia humana.
Dejá de buscar inspiración en LinkedIn y empezá a buscar dentro tuyo.
La pregunta no es “¿qué se está haciendo?”
La pregunta es: ¿qué nadie se anima a hacer?
Tres tácticas para dejar de sonar como un PowerPoint con patas
1. Rompé el template
Si todos usan storytelling, vos contá la verdad incómoda.
Si todos hablan de propósito, vos mostrá facturación.
2. Accioná, no declames
Queremos hechos, no promesas.
Mostrá. Demostrá. Ejecutá.
Que tu marketing se sienta en el cuerpo.
3. Usá el pensamiento crítico como escudo
Cuestioná todo.
Sobre todo lo que decís sin pensar.
El pensamiento crítico es la última defensa contra la mediocridad que te rodea.
El resumen es simple:
Si no te animás a incomodar, no vas a vender.
Y si no vas a vender…
¿para qué hablás?
La cuestión es esta: “El marketing que incomoda es el único que vende. Si tu mensaje no molesta a nadie, no le importa a nadie. Punto.”