Netflix no es el problema.

Amazon tampoco.

El verdadero problema es que muchos emprendedores siguen creyendo que el cliente va a elegirlos porque su producto “es bueno”.

Spoiler: no es así.

El cliente elige lo que llama su atención primero.

Y lo que entiende más rápido, después.

Todo lo demás (calidad, lógica, razones) viene después del clic.

Por eso hoy te traigo un entrenamiento exprés para que aprendas a manipular la atención con intención.

No para engañar, sino para influir. Como hacen los grandes.
Como un lobo, no como un cordero persiguiendo likes.