¿Querés más clientes? Hacé menos cosas.
La historia de cómo enfocarse en un solo problema puede cambiar tu negocio (y tu cuenta bancaria).

Tengo un cliente abogado.
Bueno… en realidad tengo cuatro (la verdad que me viene bien por si alguna vez me meto en quilombos).
Pero bueno, la historia no es esa.
La cuestión es que este es el clásico abogado multifunción: penal, laboral, corporativo, divorcios con drama, herencias con cuchillos… lo típico.
Y tiraba del trillado: “75 años de experiencia combinada”.
(¿Combinada con quién, con Matusalén?)
Un día lo frené y le pregunté:
—¿En qué sos realmente bueno? Pero bueno de verdad...
Y me dijo:
—Si a alguien lo detienen por tema de estupefacientes, casos de violencia de género, antecedentes o otras cuestiones menores... yo lo saco del calabozo en menos de 24 horas.
Y ahí lo vi claro.
En España, una persona puede estar detenida hasta 72 horas, y a partir de ahí, o lo liberan… o lo mandan al juzgado.
Pero este tipo, cuando lo llamaban, lo sacaba en cuestión de horas.
Ni un día llegaban a estar.
Eso para una madre angustiada, es oro puro.
Así que diseñamos una estrategia de las de antes:
Flyers (folletos).
Sí, papel. En plena era de ChatGPT y los reels.
Los repartimos en barrios duros, jodidos… donde sabés que los calabozos no están vacíos y la gente se suele meter líos.
Y el mensaje era este:
¿Sabías que en cualquier momento pueden detener a tu hijo… y arruinarle la vida?
En España, la policía puede retenerlo hasta 72 horas sin juicio.
- En una celda fría, sucia, rodeado de desconocidos.
- Aunque sea inocente.
- Aunque haya sido un malentendido.
- Aunque solo estaba en el lugar equivocado.
¿Estás preparada para ese momento tan angustiante?
Soy (Fulano de Tal), abogado penalista.
Me dedico a sacar detenidos en menos de 24 horas.
Sin vueltas. Sin esperas.
Y después, me encargo de defenderlo.
Guarda este número: (Acá el teléfono bien grande)
No sabes si lo vas a necesitar hoy, mañana… o nunca.
Pero si lo necesitas, lo vas a necesitar urgente.
Así, directo, sin nada de logos bonitos ni “Boutique de abogados multidisciplinar”.
Esto era carne cruda.
Y funcionó como un tiro.
Y ojo, que en esos barrios hay pasta. ¡Mucha!
No importa cómo la hicieron, la tienen.
Y cuando se trata del hijo, la sueltan sin contar.
Primero lo llamaban para sacarlos del calabozo.
Después lo contrataban para llevar el caso.
Y de paso, asesoraba a los padres.
Alguna vez que fui a su oficina llegué a ver madres llorando, abrazándolo, dándole las gracias.
Y sí, también billetes.
La cuestión es esta:
No necesitás ofrecer mil servicios.
Solo uno que resuelva un dolor urgente.
Y saber cómo decirlo para que duela más… y venda más.
¿Querés encontrar esa “oferta estrella” en tu negocio?
Reservá una consultoría conmigo.
No siempre hay cupos. Si hoy hay uno libre, aprovechalo.