¿Te imaginás ganarte la vida enseñando yoga desde tu casa, en pantuflas, mientras afuera el mundo corre como pollo sin cabeza?

Yo sí. De hecho, en poco tiempo podés pasar de las clases sueltas mal pagadas a tener su propio estudio online, con ingresos mensuales estables y una comunidad fiel.

¿La clave? No es tener un cuerpazo ni hacer la parada de manos en la playa. Es tener una marca. Y sí, un sistema que trabaje por vos.

Te cuento cómo hacerlo, paso a paso, sin volverte un gurú del marketing ni vender tu alma al algoritmo.

Paso 1: Elegí bien a quién querés ayudar